UN MOMENTO CON DIOS
Nuestro enfoque en Dios
“Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida, y alcanzará el favor de Jehová”. (Proverbios 8. 34 – 35)
Las Escrituras nos animan a
dar pasos deliberados cada día para controlar nuestros corazones, mentes y
cuerpos, de modo que podamos dedicar tiempo a escuchar al Señor y encontrar
sabiduría. Esto es la vida para nosotros: cómo posicionarnos mejor para disfrutar
de la presencia y las bendiciones de Dios. Sin embargo, cuando empezamos a
meditar, es fácil que nos desviemos por los problemas que nos acosan o por el
ruido que nos rodea. Descubrimos que debemos esforzarnos mentalmente sólo para
centrarnos en Él.
Si distraernos a veces es un
problema para nosotros, leamos un salmo y oremos y busquemos centrar plenamente
nuestra atención en Su Palabra, y en lo que Dios desea revelarnos. Sigamos
leyendo las Escrituras hasta que nuestro espíritu comience a adorarlo o recibamos
del propio Espíritu Santo una revelación que toque nuestro corazón, y si Él
pone otro pasaje en nuestro corazón, vayamos hasta allí y meditemos en lo que
Él nos está revelando.
No puede haber nada mejor, más
productivo o más gratificante en nuestra vida que perdernos en grandes
pensamientos acerca de Dios todo suficiente y amoroso. Así que escuchemos diariamente
y observemos cómo está obrando en nuestra vida, para nuestro bienestar y
crecimiento, porque ciertamente, sólo así seremos bendecidos.
Dios les bendiga
abundantemente.

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