UN MOMENTO CON DIOS
Nos Pondrá en Alto
"Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré." (Salmo 91. 15)
Este versículo encapsula la
promesa divina de una relación íntima y activa entre Dios y el creyente. Es un
recordatorio poderoso de que, en momentos de angustia, la invocación sincera a
Dios no solo es escuchada, sino también respondida con Su presencia y acción.
La frase "Me invocará, y
yo le responderé" subraya la importancia de la comunicación con Dios.
Invocar a Dios implica un llamado profundo y genuino, una expresión de
confianza y dependencia en Él. La respuesta divina no es solo una escucha
pasiva, sino una intervención activa que transforma la situación del creyente.
"Con él estaré yo en la
angustia" asegura la presencia constante de Dios en los momentos
difíciles. La angustia, una experiencia humana universal, encuentra consuelo en
la certeza de que Dios no abandona a quienes confían en Él. Su compañía en
medio del sufrimiento es una fuente de fortaleza y esperanza.
Finalmente, "lo libraré y
le glorificaré" destaca que la intervención divina no solo libera al
creyente de sus dificultades, sino que también lo eleva y honra. Esto refleja
el carácter de Dios como protector y glorificador, quien no solo rescata, sino
que también transforma y dignifica.
Este versículo invita a
reflexionar sobre nuestra relación con Dios: ¿Cómo podemos invocarlo con mayor
sinceridad y confianza en nuestras propias angustias? ¿De qué manera Su
presencia y liberación nos transforman y glorifican en nuestra vida diaria?
Dios les bendiga
abundantemente.
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