UN MOMENTO CON DIOS
Bajo la sombra del Omnipotente
“El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente” (Salmos 91. 1)
Dios nos brinda un lugar
secreto en el cual encontramos la paz y la seguridad que solo Él puede otorgarnos.
Pero no representa este lugar un espacio físico sino más bien uno espiritual
donde Su presencia nos brinda la fortaleza para sobreponernos a las
preocupaciones y cargas. Cuando oramos y nos mantenemos firmes en la búsqueda
de los caminos del Señor estamos habitando “al abrigo del altísimo”, es decir
haciendo de nuestro hogar su lugar secreto.
La etimología de la palabra
habitar hace referencia a morar, vivir, convertir o volver un espacio, nuestra
morada. Para que ese lugar secreto pueda convertirse en nuestra morada, debe
haber un sentido de permanencia en el tiempo. Si sólo acudimos al lugar secreto
cuando nos atrapa una circunstancia apremiante, no podríamos afirmar que
moramos en él. Sin embargo, si tomamos residencia permanente con nuestra oración
constante, seremos dignos de acceder a ese lugar secreto de seguridad y paz.
Y cuál es el resultado final
de entrar en el lugar secreto: poder gozar del privilegio de vivir bajo la
sombra del omnipotente. Todo ello como una hermosa metáfora utilizada por el
salmista para resaltar una modalidad de vida de la época en la que el sol
atrapante de las zonas desérticas era considerado como altamente perjudicial,
así encontrar una sombra era encontrar un alivio a ese calor abrasante. De esa
misma manera el salmista denota que Dios, al entrar en el lugar secreto, nos
cobijaría son su sobra, ahora del calor abrasante de las preocupaciones, dudas
y cargas que socavan nuestro corazón y nos hacen caer. La maravillosa sombra
del Señor nos protegería de tal circunstancia.
Dios les bendiga
abundantemente.
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