TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Isaías 40. 10.
¿Tienes
miedo? Parece normal sentir miedo de aquellas cosas que nos harán sufrir, pero
en muchas ocasiones, este miedo es resultado únicamente de nuestros
pensamientos, sin que haya un verdadero peligro a nuestro alrededor. O tal vez
estamos aterrados por las noticias desalentadoras.
De
cualquier modo, aún si el peligro es muy real, sentir miedo no es la solución,
al contrario, nos volvemos más vulnerables.
Hay
una frase que dice “El que teme sufrir ya sufre el temor”. Es así,
muchas veces sufrimos más por el miedo y la ansiedad que nos producen nuestros
pesares que por los problemas en sí.
Es
por eso, que la promesa de Dios para ti es: “No temas… yo soy tu Dios,
siempre te ayudaré”.
Es
fácil pedir que no tengamos miedo, que confiemos. Pero es muy difícil cuando
toca ponerlo en práctica, cuando el problema es real y está encima de nosotros.
Pero
la vida de un cristiano es así. Nadie dijo que sería fácil, nadie dijo que la
enfermedad, el desempleo, la incertidumbre no llegaría a los cristianos.
Estamos en un mundo lleno de miseria a causa del pecado. Pero tranquilos, nadie
dijo que estamos solos.
Lo
único que necesitamos es fe. “La fe es estar seguro de lo que esperamos y
convencidos de lo que aún no vemos”. Hebreos 11. 1.
No
tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el
Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada.
Dios les bendiga abundantemente.
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