TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“…El Señor estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él dejará que ustedes lo hallen; pero si lo abandonan, él los abandonará”. 2 Crónicas 15. 2.
Un
joven llegó a un campo de leñadores para solicitar trabajo. Al verlo el
empleador sin dudar lo aceptó, puesto que era un joven de apariencia fuerte. Le
dijo que podría comenzar al día siguiente.
En
su primer día de trabajo, aquel joven cortó muchos árboles. En el segundo día
la producción fue menor, a pesar de que el esfuerzo fue igual que en el
primero.
Al
tercer día el joven se esforzó más, golpeando con toda su fuerza el hacha en el
árbol, sin embargo, su trabajo produjo menos que el segundo.
El
encargado, al notar que su rendimiento había bajado, le preguntó que cuando era
la última vez que había afilado su hacha. El joven le confesó que estaba tan
empeñado en su trabajo que no había tomado tiempo para afilarla.
En
la vida cristiana muchas veces nos sucede la situación de este joven. Vivimos
sumergidos en los afanes terrenales, preocupados por el trabajo, la comida, los
recibos por pagar, etc. Tanto que nos olvidamos de tomar un espacio para las
cosas espirituales.
¿Cuándo
fue la última vez que afilamos el hacha?
Cada
día, antes de empezar nuestros afanes, tomemos tiempo para orar, estudiar la
Biblia, escuchar un sermón, cantar a Dios, etc. Cualquier cosa que nos conecte
con Dios, y Él nos de la fuerza necesaria para enfrentar las preocupaciones y
los desafíos de nuestra vida. Si lo hacemos veremos que nuestros esfuerzos
serán más productivos.
Una
frase dice: “El esfuerzo humano más el poder Divino es igual a ÉXITO”.
Si
nuestros planes cuentan con la bendición de Dios no dudemos que serán exitosos.
Pero si olvidamos poner a Dios en primer lugar, pronto nuestros esfuerzos se
verán inútiles.
Hoy
es un buen día para comunicarnos con Dios y poner nuestras metas en Sus manos.
Dios les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario