domingo, 2 de septiembre de 2018

Un momento... DOS DISTINTIVOS DE UN HIJO DE DIOS



UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
DOS DISTINTIVOS DE UN HIJO DE DIOS

En el encuentro que tuvo Nicodemo con Jesús, el tema central fue el nuevo nacimiento, sobre cómo llegar a ser hijo de DIOS.
Este hombre aun cuando era conocedor del Antiguo Testamento, desconocía lo que es llegar a ser un hijo de DIOS, por la fe en Jesucristo, o sea nacer de nuevo.
Es que el acto del nuevo nacimiento es un milagro, se da cuando una persona reconoce a Jesús como el único que puede no solo perdonar sus pecados sino darle vida eterna. 
La evidencia de que ya se es un hijo de DIOS, es que debe cambiar su forma de pensar, sentir y actuar. Como dice 2 Corintios 5.17: “De modo que si alguno esta en Cristo nueva criatura es las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas”.
En la primera carta del apóstol Juan, él está hablando a quienes confesamos o decimos que ya somos hijos de DIOS. Y en el capítulo 5 dice que dos distintivos de que ya somos hijos de DIOS son: la obediencia y el amor.
Desgraciadamente muchos de los que se dicen ser cristianos en realidad no lo son, porque nunca han nacido de nuevo. Esta es la razón por la cual Juan termina este libro y persiste en esos temas en II y III de Juan.   Lo importante acá es destacar lo que Juan nos está tratando de enfatizar, que amar a DIOS y al prójimo es un acto de obediencia.
Aquí si entramos a un tema muy delicado, dice el versículo 2, “En esto nos conocemos que amamos los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos los mandamientos”. 
Si hay dos aspectos que DIOS espera de sus hijos, para que la iglesia se vuelva fuerte y saludable son, que seamos obedientes a su Palabra y que nos amemos unos a los otros como señal de que amamos a DIOS.
El versículo 3 dice que los mandamientos a obedecer no son gravosos, difíciles, o dolorosos o costosos, si es que hemos entendido lo que es ser hijos de DIOS, lo que es amar a DIOS.
La pregunta sería ¿Cómo nos evaluamos en cuanto a la obediencia a la Biblia y a la práctica del amor hacia DIOS y los demás?  
No hay respuesta a medias, solo hay un sí o un no, porque no se puede obedecer a medias, porque esto equivale a desobediencia. Tampoco se puede amar a medias porque eso equivale a deslealtad, infidelidad, a desobediencia e hipocresía o falta de honestidad.   
Entonces, con toda honestidad, ¿Somos obedientes a la Palabra y amamos como DIOS lo ordena?  
Hagamos una autoevaluación, un diagnóstico de nuestra realidad espiritual, y si hay algo que necesitamos dejar de hacer, eliminémoslo, pero si hay cosas que las estamos haciendo a medias  y tenemos dudas, tratemos de depurarlas, limpiarlas, renovarlas u ordenarlas de acuerdo a las prioridades.
En el amor se resume toda la ley, y en la obediencia la vida cristiana de fe.  
Si una persona quiere demostrar que es cristiano, que es hijo de DIOS, debe hacerlo por tener una vida sometida o apegada a la Palabra de DIOS, y una vida saturada por el amor de DIOS. 
Hacer eso es ser guiados por el Espíritu y cumplir lo que Jesús nos enseñó y ordenó hacer. 
Abramos nuestro corazón a DIOS, acerquémonos con confianza, Él nos entenderá, nos perdonará, y entonces sentiremos paz, libertad y felicidad.
Dios les bendiga abundantemente.

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