martes, 1 de abril de 2025

Un momento... Una fe auténtica

 


UN MOMENTO CON DIOS

Una fe auténtica

 

“Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras”. (Santiago 2. 18 )

 

En un mundo lleno de distracciones y superficialidades, cultivar una fe auténtica se ha convertido en un profundo desafío. Es fácil profesar fe en algo o pronunciar oraciones, pero la verdadera esencia de la fe reside en las acciones que inspira. Santiago, el hermano de Jesús, nos recuerda que la fe auténtica no es simplemente una cuestión de palabras o sentimientos; se revela a través de la evidencia tangible de nuestros actos.

La fe auténtica es una fe viva, una fe que respira, se mueve y repercute en la vida de los que nos rodean. Es una fe que trasciende los límites del culto dominical e impregna todos los aspectos de nuestras vidas. Este tipo de fe nos impulsa a amar a nuestro prójimo, a cuidar de los marginados y a buscar la justicia en un mundo roto.

Mientras recorremos el camino de la fe, a menudo tropezamos y cuestionamos nuestra propia sinceridad. Nos preguntamos si nuestras acciones reflejan realmente la profundidad de nuestra creencia. Sin embargo, Santiago nos asegura que incluso los actos más pequeños de bondad, compasión y desinterés son expresiones profundas de una fe genuina.

Recordemos que nuestra fe no se mide por su grandeza, sino por su autenticidad. No se trata de realizar hazañas extraordinarias, sino de cumplir fielmente las tareas ordinarias que se nos plantean. Cada día, tenemos innumerables oportunidades de mostrar nuestra fe a través de actos sencillos de amor, perdón y humildad.

Que abordemos cada momento como una oportunidad para profundizar en nuestra fe y permitir que se manifieste a través de nuestros actos. Seamos recipientes de esperanza, gracia y compasión, que reflejen el poder transformador de la fe auténtica en nuestras vidas. Al vivir nuestra fe, nos convertimos en testimonios vivientes, que invitan a los demás a experimentar la belleza y el poder de una fe cimentada en el amor.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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