UN MOMENTO CON DIOS
Un espíritu humilde
“Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra”. (Isaías 66. 2)
La muestra de que la paz de
que nos estamos acercando a Jesús con diligencia, es la presencia de una paz y
sosiego en nuestra vida, en medio de toda circunstancia. Eso es algo muy bueno.
Pero consideremos, ¿nos estamos acercando a Su trono de gracia con un espíritu
humilde? ¿Estamos buscando al Señor para que, en cada paso de nuestro camino,
sea Él quién nos guíe, y sea Su voluntad aquella a la que nos rindamos? ¿O
nuestra búsqueda del Señor la hemos realizado con un plan propio o una lista de
solicitudes que deseamos que el cumpla o bendiga?
Buscar al Señor con un
espíritu humilde significa que tenemos una visión correcta de la autoridad de
Dios en nuestra vida, lo cual es esencial para cultivar un sentido de Su
presencia permanente. Reconocemos el poder soberano del Padre sobre las personas
y las circunstancias y reconocemos que Él tiene una mejor hoja de ruta para
nuestra vida que nosotros mismos. Si nuestro deseo es decirle qué hacer, demos
un paso atrás y reconsideremos nuestras intenciones. Tenemos acceso al Dios de
toda la creación, el que todo lo ve, es todopoderoso y omnisapiente.
Escuchémoslo y obedezcámoslo. Él sabe mejor. Y Él tiene todo lo que nos
concierne en la palma de Su mano.
Dios les bendiga
abundantemente.
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