sábado, 19 de abril de 2025

Un momento... Jesús la promesa cumplida

 


UN MOMENTO CON DIOS

Jesús la promesa cumplida

 

“Estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: “No le quebrarán hueso alguno.” (Juan 19. 36)

 

Este versículo es una referencia a la profecía del Antiguo Testamento en el libro de Éxodo, donde se menciona que ningún hueso del cordero pascual debía ser roto. En el contexto del Evangelio de Juan, se aplica a Jesús como el Cordero de Dios, cuyo sacrificio perfecto y sin mancha cumple las profecías del Antiguo Testamento.

Juan 19. 36 nos invita a reflexionar sobre la perfección y el cumplimiento de las promesas de Dios. La crucifixión de Jesús no fue un accidente o un evento fortuito, sino que ocurrió exactamente como Dios lo había planeado y profetizado siglos antes. Esto nos muestra la soberanía de Dios sobre la historia y su fidelidad en cumplir sus promesas.

Además, destaca la importancia de Jesús como el Cordero de Dios. En la Pascua judía, el cordero era sacrificado y su sangre aplicaba protección a las familias de Israel. Del mismo modo, la sangre de Jesús, derramada en la cruz, nos ofrece perdón y redención. Al meditar en esto, somos llamados a reconocer a Jesús como el cumplimiento de la Pascua y a vivir en gratitud por su sacrificio.

Finalmente, nos recuerda que nada en la vida de Jesús ocurrió por casualidad. Cada detalle, incluido el hecho de que no se le quebró un hueso, estaba bajo el control y el propósito de Dios. Esto nos da confianza en que Dios también tiene control y propósito en nuestras vidas, incluso en los momentos de dolor y sufrimiento. Al confiar en su soberanía, encontramos paz y esperanza.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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