UN MOMENTO CON DIOS
Seguir Su Ley y Sus Pasos
“Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”. (Éxodo 20. 1 - 2)
Los diez mandamientos
constituyen una de las partes más apreciadas de las Escrituras. Representan un
resumen de la voluntad de Dios para el pueblo, siendo una alternativa divina a
las costumbres paganas que los israelitas aprendieron en Egipto. Estas
sencillas instrucciones garantizarían una vida armoniosa en la comunidad
israelita, diferenciándola de las demás naciones. Jesús, en el Evangelio,
resumió estas leyes en sólo dos ordenanzas: amar a Dios sobre todas las cosas y
amar al prójimo como a uno mismo.
Dios quiere que su pueblo viva
esa esfera que implica la adoración y el servicio. No podemos ser verdaderos
adoradores si no nos preocupamos por ser una bendición para las personas que
nos rodean y nuestra caridad, por muy numerosa que sea, no significa nada si no
se hace sólo para la gloria de Dios. Esta realidad estaba en el ADN de la ley
(y obviamente los diez mandamientos) y también está en el evangelio de
Jesucristo.
Dios les bendiga
abundantemente.
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