sábado, 12 de octubre de 2024

Un momento... Una segunda oportunidad

 


UN MOMENTO CON DIOS

Una segunda oportunidad

 

“Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré”. (Jonás 3. 1 - 2)

 

Probablemente Jonás se preguntó si Dios volvería a utilizarle. Y, por supuesto, el Señor no estaba obligado a hacerlo. Pero Dios amaba a Jonás. Y Dios da segundas oportunidades.

El pasaje anterior muestra que el Señor dio a Jonás una segunda oportunidad.

Dios también dio a Adán y Eva, nuestros primeros antepasados, una segunda oportunidad. Se les advirtió estrictamente que no comieran del fruto prohibido. Pero lo hicieron. Como resultado, el pecado entró en el mundo.

Dios podría haber dicho: "Ya está. Voy a empezar de nuevo".

Sin embargo, ¿qué encontramos en el capítulo 3 del Génesis? Leemos: "Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?" (Génesis 3. 8 - 9)

Dios aún anhelaba la comunión con su hijo rebelde.

Además, Dios dio al rey David una segunda oportunidad después de que David cometiera adulterio y asesinato (que cometió para encubrir su adulterio). Cuando el profeta Natán se enfrentó a él, se arrepintió. Y Dios le dio una segunda oportunidad.

Sansón tenía mucho a su favor. Cometió increíbles proezas de fuerza como un superhéroe. Pero cayó en el pecado y se dedicó a todo tipo de inmoralidades. Finalmente, sus enemigos lo capturaron y le sacaron los ojos. Pero entonces la Biblia nos da este detalle sobre Sansón en Jueces 16:22: "Y el cabello de su cabeza comenzó a crecer, después que fue rapado". Dios le dio una segunda oportunidad.

Eso debería dar esperanzas a cualquiera que sienta que necesita una segunda oportunidad en la vida. Dios da segundas oportunidades y está en nosotros aprovecharlas, enmendar nuestro camino y asumir el compromiso de caminar con Él, conforme a lo que Él espera y quiere de nosotros, reflejado en las enseñanzas de Su Palabra.

¡Tomemos nuestra segunda oportunidad y decidamos caminar en fidelidad con nuestro Padre Celestial que nos espera con brazos abiertos! ¡Si andamos con Aquel que todo lo conoce, jamás nos encontraremos perdidos!

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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