UN MOMENTO CON DIOS
Cristianos en todo tiempo
“Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. (Génesis 6. 9)
En los días de Noé las cosas
no eran muy diferentes de lo que son ahora. La Biblia nos relata; "Y
vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el
mal...la tierra está llena de violencia". (Génesis 6. 5 y 13) La gente se
había corrompido. No había amor por los demás, sólo maldad. Pero hubo un hombre
que marcó la diferencia: "Noé, varón justo, era perfecto en sus
generaciones; con Dios caminó". (Génesis 6. 9) Y fue en este hombre donde
Dios miró a su creación y vio un corazón lleno de fe y obediencia.
Un hombre con un corazón capaz
de atender el llamado de Su Señor y vivir en los propósitos a los que había
sido ordenado en la tierra costara lo que costara, incluso si se enfrentaba a
la burla ante una fe que a otros les parecía ridícula. Y es esta misma
situación la que hoy vivimos, en un mundo en el que la fe y la obediencia a
Dios han pasado a un segundo plano y desde donde podemos preguntarnos: ¿qué
haríamos si Dios nos diera la orden de hacer algo completamente extraño, inusual
o que a la vista del mundo pareciese fuera de lugar? ¿Haríamos como Noé?
¿Obedeceríamos la orden de construir una gran arca para hacer frente a una
inundación en una época en la que ni siquiera llovía?
Dios nos llama a vivir una fe
que para muchos puede parecer fuera de lugar. Pero así es. Vivir de forma justa
y recta puede parecer secundario para otros, pero lo que está en juego es nada
más y nada menos que agradar al corazón de Nuestro Padre Celestial. La fe que
hay en nuestro corazón puede causar extrañeza en el corazón de quienes no la
poseen. El cristiano que quiera vivir una fe auténtica y verdadera debe estar
dispuesto a ser criticado y ridiculizado. Los que no viven una vida en Dios y
no caminan con Él no pueden entender ciertas cosas. Como muy probablemente le
sucedió a Noé que debió haber sido muy cuestionado cuando construyó el arca,
obedeciendo la voz del Señor, que al final, en fidelidad, obró y le otorgó la
salvación a Él a su familia y a los animales.
Que Dios nos dé un corazón
lleno de fe y obediencia a Él. Que Él nos ayude a vivir una fe cada día más
fortalecida, en un mundo que llama a todo lo contrario. Que seamos capaces de
construir los "cofres" que Él nos ha dicho que hagamos. El mundo
necesita personas dispuestas a marcar la diferencia, a realizar "cosas
extrañas" ante los ojos de los que no han sentido el amor del Señor.
Necesitamos romper con las normas mundanas y vivir según "la buena,
perfecta y agradable voluntad de Dios". (Romanos 12. 2). Recordemos
siempre; "Sin fe es imposible agradar a Dios..." (Hebreos 11. 6)
Vivamos pues cada día, con
valor, con confianza y con renovada Fe, pues Nuestro Padre, de cerca, nos
observa, nos dirige y nos cuida, en tan ardua, pero indispensable tarea.
Dios les bendiga
abundantemente.
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