UN MOMENTO CON DIOS
Disfrutemos de la presencia de
Dios
“Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado”. (Génesis 2. 8)
Después de haber llevado a
cabo toda la obra de su creación, Dios hizo un jardín para que Adán y Eva lo
disfrutaran. Había toda clase de árboles con frutos deliciosos y agradables a
la vista. Dios hizo del jardín el hogar de los primeros seres humanos. Imaginemos
qué delicia sería vivir en un jardín y disfrutar cada día de la compañía de
Dios.
Sin embargo, a causa de su
desobediencia, al comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal,
Adán y Eva fueron expulsados del jardín. Qué desagradecidos fueron… ¡Qué
triste! Por desgracia, tenemos la mala costumbre de condenar a Adán y Eva por
sus errores. Cuando observamos el estado del mundo actual, les culpamos de todo
este desorden. Pero, ¿no actuamos nosotros de la misma manera, muchas veces
hasta de forma inconsciente?
¿Cuántas veces Dios nos colma
de bendiciones maravillosas, nos coloca en situaciones totalmente favorables,
rodea nuestras vidas de cuidados y amor, y nosotros, ingratos, le damos la
espalda? Seguimos haciendo nuestra voluntad, ignorando su presencia y hasta
muchas de las bendiciones que día a día el Señor nos regala. Estar en comunión
con Dios, obedecer sus enseñanzas y vivir en santidad es disfrutar de un jardín
de delicias.
Vivir así es la garantía de
que, incluso en medio de un mundo tan hostil, tenemos garantizada la
experiencia de la bondad y el amor del Señor. “Me mostrarás la senda de la
vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para
siempre”. (Salmo 16.11) En la presencia del Señor tenemos la promesa de la plenitud
de la alegría. En la presencia del Señor experimentamos sus delicias. ¿Por qué
vivir en la desobediencia cuando la mayor pérdida es la nuestra? Que Dios tenga
compasión de nosotros y nos dé un corazón puro, santo, sumiso y obediente.
¡Vayamos y disfrutemos de las
delicias de estar en la presencia de Dios!
Dios les bendiga abundantemente.
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