UN
MOMENTO CON DIOS
La
respuesta a las Pruebas
"Queridos hermanos, no se extrañen de verse sometidos al fuego de la prueba, como si fuera algo extraordinario. Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también se llenen de alegría cuando su gloria se manifieste.” (1 Pedro 4. 12 – 13)
Cuando
nos enfrentamos a una prueba, ¿cuál es nuestra primera respuesta? Posiblemente
nos gustaría huir lo más rápido posible para escapar de ella. Aunque éste es un
sentimiento normal, DIOS lo ve de manera diferente.
No
son las pruebas en la vida lo que nos hace más fuertes o nos destruye, sino
nuestra respuesta a las mismas. ¿Cómo debemos, entonces, reaccionar ante las
dificultades?
1. Confiando
en DIOS. Creer en su Palabra (La Biblia) y recordar cómo ha sido fiel en el
pasado. ÉL nos asegura que le pone un límite a nuestras pruebas, y que nos da
las fuerzas para soportarlas.
2. Perseverando. Aunque
no entendamos, y el dolor parezca demasiado grande para soportarlo, nunca
debemos claudicar. Seguir buscando al Señor por medio de Su Palabra y la
oración. Aferrarse a la esperanza en Cristo, y alabar en medio del dolor.
3. Recordando
que nuestro DIOS Soberano tiene el control. ÉL está permitiendo esta
adversidad por alguna razón, y mostrará Su poder sustentador a través de ella.
Aunque
el dolor puede ser intolerable, el Señor nos sacará con bien.
La
Escritura compara nuestro desarrollo con el oro, que es refinado por el
fuego ”para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el
oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza,
gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.” (1ª Pedro 1. 7)
A
menudo, oímos a creyentes reflexionar sobre un momento difícil, y reconocer
que, a pesar del intenso dolor, no cambiarían la situación. Ven lo que DIOS
hizo a través de la prueba, y comprenden su valor.
Cuando
dejamos de mirar a las dificultades de nuestra vida como obstáculos y comenzamos
a verlas como escalones, subiremos por encima de nuestras dificultades y ganaremos
algo de ellas. Nos haremos más fuertes y sabios.
Las
mentes pequeñas son domadas y vencidas por el infortunio; pero las mentes
grandes suben por encima de ellas.
Encontraremos
pruebas intensas y dolorosas que parecerán ser demasiado para nosotros. Pero
podemos confiar en que nuestro Padre celestial nos salvará, desarrollará y nos
dará la victoria.
Dios
les bendiga abundantemente.
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