UN MOMENTO CON DIOS
La gracia de Dios
DIOS da mayor gracia a sus hijos. Para recibir esa gracia debemos ser humildes, por esto DIOS dice: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. Santiago 4.6
Y
sigue: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Escuche
este principio, por favor. Dice que Dios da gracia al humilde y que resiste al
soberbio”. Santiago 4.7
¿Quién
es una persona soberbia? Es aquella que se cree autosuficiente, es aquella que
dice: yo lo puedo hacer sin ayuda.
Es
aquel que dice o piensa: yo no necesito para esto la ayuda de DIOS. Es aquel
que dice: mi intelecto lo puede hacer, las fuerzas mías lo pueden hacer, los
contactos que yo tengo me son suficientes para hacerlo.
Y
dice que DIOS resiste al soberbio, y que da gracia al humilde.
¿Y
quién es, entonces, el humilde? Un humilde, es una persona que reconoce que
todo lo que es y que todo lo que tiene, procede de Jesús.
Hay
una condición, para nosotros poder
resistir al diablo, tenemos que ser personas sometidas a DIOS. Hay muchas
personas hoy en día que pelean, que le hablan al diablo, que le pegan cuatro
gritos y que lo tratan y lo destratan como se les ocurre.
Pero
el diablo se ríe de ellos. Porque son personas que no se someten. Y estoy
hablando de sometimiento en el ámbito espiritual, no humano. Que es el único
que funciona y opera.
El
cristianismo, como auténtico estilo de vida que es, se compone de bendiciones y
responsabilidades. Detrás de cada bendición hay una responsabilidad. Hay que
aceptar y disponerse a recibir ambas cosas.
La
Biblia dice: …”Someteos, pues, a Dios, y resistid al diablo, y el diablo
huirá de vosotros”.
La
palabra RESISTIR, en el griego, significa “Resistirlo, pelear”. Y la idea que
da allí es la de un luchador de lo que se llamaba lucha Greco-Romana, que tiene
que ver con un luchar cuerpo a cuerpo.
Podemos
resistirlo, pero debemos someternos a DIOS primero. Cuando nos sometemos,
nuestra voz, en el mundo espiritual, tiene poder.
La
palabra HUIR, que se utiliza aquí, significa “Huir con terror y temblor”. En
otras palabras, cuando somos personas sometidas y obedientes a DIOS, el diablo,
cuando le ordenamos algo, huirá delante de nuestra presencia con terror y
temblor.
Porque
tenemos la autoridad de Cristo. El diablo sabe, el diablo conoce quien es la
gente que está ungida, quien es la gente que tiene esa autoridad.
Él
mira si la autoridad proviene de Cristo o de los hombres. Y actúa en
consecuencia.
Cuando
vinieron a Cristo, le dijeron: Tú eres el hijo del Dios viviente.
Jesucristo
nos promete una vida victoriosa y abundante.
Dios
les bendiga abundantemente.
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