CADA
DÍA CON DIOS
Tiempo
de Huir.
No siempre el huir es de cobardes muchas veces el huir es de sabios. Si sabemos
que estamos en desventaja y que con lo que tenemos no podemos hacer frente a
nuestro enemigo es mejor huir para poder recobrar fuerzas. El huir también hace
parte de un plan de guerra o de administración.
Un
dicho popular dice es mejor que digan aquí corrió a que digan aquí murió. David
tenía que huir de su propio hijo ya que se encontraba en desventaja. 2 Samuel
17. 21 “Y después que se hubieron ido,
aquéllos salieron del pozo y se fueron, y dieron aviso al rey David,
diciéndole: Levantaos y daos prisa a pasar las aguas, porque Ahitofel ha dado
tal consejo contra vosotros”
David
era un hombre de guerra. 2 Samuel 17. 8
“Y añadió Husai: Tú sabes que tu padre y los suyos son hombres valientes, y que
están con amargura de ánimo, como la osa en el campo cuando le han quitado sus
cachorros. Además, tu padre es hombre de guerra, y no pasará la noche con el
pueblo.” Pero a pesar de su capacidad no dudo en ningún momento en huir. 2
Samuel 17. 22 “Entonces David se levantó, y todo el pueblo que con él estaba, y
pasaron el Jordán antes que amaneciese; ni siquiera faltó uno que no pasase el
Jordán.”
Los
enemigos de quienes tenemos que huir no necesariamente pueden ser personas.
Nuestros enemigos y quizá los más peligrosos son las emociones y las circunstancias
que se nos pueden presentar en la vida.
José
tuvo que huir de la tentación de estar con una hermosa mujer. Génesis 39. 11 - 12
“aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie
de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo.
Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.” Pensemos por un
momento ¿de qué tenemos que huir nosotros?
Hay
muchas tentaciones de las cuales tenemos que huir.
1.
La tentación de ganar dinero fácil a través de un negocio ilícito. La ambición,
la codicia nos pueden hacer caer.
2.
La tentación de quedarse durmiendo cuando tenías que trabajar, ir al culto,
leer la palabra de Dios o simplemente tenías que hacer algo que era muy
importante.
3.
La tentación de comer cosas que sabes que te hacen daño y que el medico te lo
prohibió. Y que siempre dices lo mismo: “Esta es la última vez”
4.
La tentación de volver a ese pasado de donde un día Jesucristo nos sacó. Nunca
mires hacia atrás siempre mira hacia tu nueva meta. Que tus ojos nunca se
aparten de Jesucristo.
5.
La tentación de menospreciarnos y creer que no valemos nada. Hay muchas
personas que les encanta hacerse sentir lastima para llamar la atención de los
demás.
Estas
son tan solo algunas cosas de las que tenemos que cuidarnos o huir de ellas.
Nunca creamos que estemos exentos de caer.
Cuidémonos
cada día y sobre todo nunca nos soltemos de la mano de Jesucristo. Solo Él nos
puede ayudar a mantenernos en pie.
Dios
les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario