CADA
DÍA CON DIOS
Aprendiendo
a Perdonar.
Cuando perdonamos nos liberamos de una gran carga emocional que traemos sobre nuestros hombros y que nos impide disfrutar de la vida. No perdonamos para beneficiar al otro, perdonamos para liberarnos a nosotros y poder tener una vida mejor.
Perdonar no es fácil solo se logra a través de un proceso. Nuestra naturaleza es pecaminosa por esta razón se resiste a perdonar. Nuestra mente se niega a pensar de manera perdonadora prefiere pensar de manera vengativa.
Perdonar
no significa olvidar es imposible olvidarse de algún acontecimiento de nuestra
vida. Perdonar es dar otra oportunidad. Es volver a comenzar.
El
perdón es un proceso de sanidad que solamente lo puede hacer Jesucristo. Cuando
una persona se ha hecho una herida en algún miembro de su cuerpo suceden dos
cosas.
1.
Herida sana. La persona se acuerda cuando se hizo esa herida pero al tocarse no
le duele. La cicatriz lo único que dice es que en alguna ocasión se produjo una
herida.
2.
Herida sin sanar. Al mirar la herida se acuerda cuando se la hizo y toda vía
duele al tocarla. La cicatriz no solo nos dice cuando se la hizo también duele.
La
falta de perdón produce.
1.
No aceptación de nuestros sentimientos de amor. 2 Samuel 14. 1 “Conociendo Joab
hijo de Sarvia que el corazón del rey se inclinaba por Absalón,” Todos sabían
que David amaba a su hijo pero él se resistía. No nos de miedo decir que amamos,
no tengamos temor de abrasar o besar a quienes decimos que amamos.
2.
No nos permite disfrutar de la vida y de nuestros seres queridos. 2 Samuel 14.
14 “Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no
pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para
no alejar de sí al desterrado.”
3.
Nos hace dilatar el tiempo para perdonar. No dejes que el tiempo pase sin
arreglar nuestros asuntos. El tiempo puede endurecer el corazón de un hombre. 2
Samuel 14. 28 “Y estuvo Absalón por espacio de dos años en Jerusalén, y no vio
el rostro del rey.” Efesios 4. 26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol
sobre vuestro enojo”
4.
Nos hace actuar de manera equivocada. Por llamar la atención causamos daño. 2
Samuel 14. 30 “Entonces dijo a sus siervos: Mirad, el campo de Joab está junto
al mío, y tiene allí cebada; id y prendedle fuego. Y los siervos de Absalón
prendieron fuego al campo.”
5.
Profundizamos más las heridas. 2 Samuel 14. 32 “Y Absalón respondió a Joab: He
aquí yo he enviado por ti, diciendo que vinieses acá, con el fin de enviarte al
rey para decirle: ¿Para qué vine de Gesur? Mejor me fuera estar aún allá. Vea
yo ahora el rostro del rey; y si hay en mí pecado, máteme.”
El
perdón debe ser genuino de manera total no a medias. David perdonó pero de
manera parcial. No podemos decir: “perdono pero no olvido”. 2 Samuel 14. 24 “Mas el rey dijo: Váyase a su
casa, y no vea mi rostro. Y volvió Absalón a su casa, y no vio el rostro del
rey.” El perdón a medias causa daño a las dos partes implicadas.
Como
aprendemos a perdonar.
1.
Entendiendo que el perdón restaura. Gálatas 6. 1 a “Hermanos, si alguno fuere
sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con
espíritu de mansedumbre,”
2.
Acordándonos que nosotros también podemos ser tentados y hasta muchas veces
también hemos caído. 1 b “considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas
tentado.”
3.
Entendiendo que es una orden de Jesucristo. Lucas 6. 37 “No juzguéis, y no
seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis
perdonados.”
El
perdón es un bálsamo para nuestra alma, el perdón libera no solo a la persona
perdonada también libera a la persona que perdona. Si queremos tener una vida
llena de felicidad y sanidad aprendamos a perdonar. Recordemos que perdonar no
es fácil la única forma de lograrlo es con la ayuda de Jesucristo a través de
su Santo Espíritu.
Dios
les bendiga abundantemente.
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