CADA
DÍA CON DIOS
Cosechando
lo que sembramos.
La ley de la siembra y la cosecha es algo ineludible. La semilla está hecha para dar fruto aun no importando la forma de sembrar. La forma de siembra lo que determina es la calidad o la cantidad de cosecha, sea de buena o de mala calidad la semilla está hecha para dar fruto.
Por esta razón lo que si tenemos que tener en cuenta es que tipo de semilla es la que vamos a sembrar. Gálatas 6. 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
La
cosecha no se da de la noche a la mañana es todo un proceso es por esta
razón que muchas personas no creen que esto sea verdad.
En
algunas personas la cosecha se demorara más que en otras es por esta razón que
algunos creen que esto no se cumple. No importa cuánto tiempo se demore la
cosecha de la siembra de tus acciones siempre un día llegara.
En
este capítulo podemos ver como la siembra de David empieza a germinar. 2 Samuel
16. 20 - 21 “Y Ahitofel dijo a Absalón: Llégate a las concubinas de tu padre,
que él dejó para guardar la casa; y todo el pueblo de Israel oirá que te has
hecho aborrecible a tu padre, y así se fortalecerán las manos de todos los que
están contigo. ”
Y el
día de la cosecha llegó para el rey David. 2 Samuel 16. 22 “Entonces dijo Absalón a Ahitofel: Dad
vuestro consejo sobre lo que debemos hacer. 16:22 Entonces pusieron para
Absalón una tienda sobre el terrado, y se llegó Absalón a las concubinas de su
padre, ante los ojos de todo Israel.”
Tal
vez David ni se acordaba de cuando fue que el sembró esto. Pero lo que el
sembró no solo era un semilla también era una promesa de parte de Dios. 2
Samuel 12. 10 - 12 “Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la
espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para
que fuese tu mujer. Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal
sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré
a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Porque tú
lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.”
Las
promesas de Dios siempre se cumplen. El problema es que muchos cristianos solo
creen que promesas bíblicas solo son las que nos anuncian prosperidad y mucha
bendición.
Una
promesa es una promesa sea buena o mala. Cuando un padre le dice a su hijo que
si no llega temprano a la casa lo castiga eso es una promesa al igual que
cuando le dice que le va a dar un premio si gana el año escolar.
Si
no nos gusta lo que estamos cosechando la solución es que cambiemos de siembra.
El sembrar no solo tiene que ver con dinero. Podemos sembrar amor, abrazos,
caricias, palabras de consuelo.
Hay
muchos padres que están tan cansados de tanto trabajar que les es difícil pasar
un buen tiempo con su familia. El tiempo que dedicamos a los que amamos también
es una siembra.
Recordemos
que la cantidad de cosecha está determinada por la cantidad de semilla que
sembremos. 2 Corintios 9. 6 "Pero esto digo: El que siembra escasamente,
también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente
también segará."
Recordemos
la regla de oro que Dios nos da para poder hacer una buena siembra y por ende
obtener una muy buena cosecha. Has a otros lo que quieres que ellos te hagan a
ti. Mateo 7. 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres
hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley
y los profetas.”
Si
queremos cosechar amor y buen trato de manera abundante así mismo debemos
sembrar. Demos abrazos, caricias y amor en abundancia. Nosotros decidimos lo
que queremos cosechar. Recordemos que lo que determina la cosecha es la
siembra.
Dios
les bendiga abundantemente.
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