CADA
DÍA CON DIOS
Por que
Actuamos con Maldad
Por naturaleza los seres humanos tenemos la capacidad de hacer lo bueno o hacer lo malo, todos tenemos esos dos sentimientos dentro de nosotros, termina dominándonos aquel que más alimentamos.
Podemos
alimentar la maldad o podemos alimentar la bondad eso depende de
nosotros.
Alimentamos
a cualquiera de esos sentimientos a través de nuestra forma de
pensar, son nuestros pensamientos lo que determinan nuestra forma de
actuar.
La
maldad consiste en obrar deliberadamente de una forma que dañe, maltrate,
humille, deshumanice o destruya al otro, o en hacer uso de la propia autoridad
y del poder sistemático para alentar o permitir que lo hagan.
Absalón tenía razones
suficientes y fuertes para sentir odio por su hermano ya que el violo y ultrajo
a su hermana. 2 Samuel 13. 14 “Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más
que ella, la forzó, y se acostó con ella.” Aunque él tenía la razón su error
estaba en la forma como actuó.
Que
hace que actuemos mal.
1. Desear
lo que no conviene. 2 samuel 13. 2 “Y
estaba Amnón angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues
por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle
cosa alguna” Las cosas malas no suceden de la noche a la mañana, primero la maquinamos
en nuestra mente y crece tanto que pronto terminamos haciéndolo.
2.
Dejarnos mal influenciar. 2 Samuel. 5 “Y Jonadab le dijo: Acuéstate
en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarte,
dile: Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me dé de comer, y prepare
delante de mí alguna vianda, para que al verla yo la coma de su mano.” Las
malas compañías tarde o temprano terminan alterando nuestra manera de ser o de
actuar. 1 Corintios 15. 33 “No erréis; las malas conversaciones
corrompen las buenas costumbres.”
Los seres
humanos somos influenciables, las demás personas nos estimulan para
que actuemos de buena o de mala forma.
3.
No escuchar buenas razones. 2 Samuel 13. 14 “Mas él no la quiso oír, sino que
pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella.” La terquedad termina
obligándonos a cometer actos desagradables.
4. Utilizar
a los demás. 2 Samuel 13. 15 “Luego la aborreció Amnón con tan gran
aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que
la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete.” Cuando desechamos a
las personas después de haberlas utilizado hace que nuestro corazón se
insensibilice y se llene de maldad.
5.
Guardar los enojos en el corazón y no hablar a tiempo. 2 Samuel 13. 22 “Mas
Absalón no habló con Amnón ni malo ni bueno; aunque Absalón aborrecía
a Amnón, porque había forzado a Tamar su hermana.” El no hablar en
momentos de angustia o de injusticia hace que nuestro corazón se cargue y se
endurezca.
6.
Querer vengarnos nosotros mismos. 2 Samuel 13. 28 “Y Absalón había dado
orden a sus criados, diciendo: Os ruego que miréis cuando el corazón
de Amnón esté alegre por el vino; y al decir yo: Herid a Amnón,
entonces matadle, y no temáis, pues yo os lo he mandado. Esforzaos, pues, y sed
valientes.” Los sentimientos de venganza hacen que maquinemos maldad contra los
demás. Los humanos somos seres de costumbre, nos acostumbramos a ser buenos o
nos acostumbramos a ser malos.
7.
Sentirse rechazado. 2 Samuel 13. 37 “Mas Absalón huyó y se fue
a Talmai hijo de Amiud, rey de Gesur. Y David lloraba por
su hijo todos los días.” Una persona que se siente rechazada es más propensa a
sentir envidia y odio por los demás en especial por los que lo rechazan.
8.
Dejarnos Llevar por nuestras emociones. Jeremías 17. 9 “Engañoso es el corazón
más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” nuestras emociones
son malas consejeras. Tomar decisiones en momento de mucha angustia o de mucha
felicidad nos puede hacer equivocar.
Todos
los seres humanos tenemos algo de bueno y algo de malo. Depende
de a cuál alimentamos más para que se manifieste en nuestra
parte exterior, el odio y el amor tienen la capacidad de hacernos actuar de
manera extraordinaria tanto en lo bueno como en lo malo.
Dios
les bendiga abundantemente.
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