TIEMPO
DE REFLEXIÓN
¡Cuán
grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, Que has
mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! (Salmos
31.19).
Aun
cuando estamos haciendo todo lo que pensamos que Dios espera de nosotros, tal
vez sigamos experimentando sufrimientos. A veces, nos sorprende que el Señor no
responda como esperamos o que su tiempo no sea el que nosotros creemos
oportuno.
Esto
lo vemos en la vida de José. Desde una perspectiva humana, podríamos pensar que
Dios se había olvidado de él, ya que, por más de una década, José experimentó
sufrimientos. Lo arrojaron a un pozo, lo vendieron como esclavo, lo acusaron
falsamente, lo encarcelaron de manera injusta.
No
obstante, al final, la fidelidad de Dios hacia él se manifestó ante todos al
ponerlo como gobernante de Egipto y salvar a muchos de la hambruna (Génesis
37–46).
Dios
siempre tuvo su mano de bendición sobre José, como lo hace con todos los que
confían en Él. ¡Cuán grande es tu bondad…!
Dios
les bendiga abundantemente.
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