TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Y
el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial.
A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén”. (2
Timoteo 4.18.)
En
este tiempo donde se viven días de incertidumbre para muchos, debemos como
hijos de Dios estar confiados.
Miedo,
ansiedad, preocupación, timidez. Todas son ellas características de aquel que
en un momento dado se ha dejado llevar por la angustia de la carga que tiene
sobre sus hombros en dicho momento.
Sin
embargo como creyentes debemos recordar que en El Señor, confiados en su poder
y Palabra, estamos cultivando cada día un nuevo espíritu de coraje y audacia.
Al
llevar a cabo ese crecimiento, esa maduración en carácter, el miedo ya no podrá
hacernos su objetivo, porque a través del Señor, seremos conquistadores de esa
angustia y no sus conquistados.
Caminemos
en fe de que Dios está de nuestro lado, porque ciertamente lo está y en Él no
hay nada que pueda ejercer sobre nosotros, obra mala.
La
naturaleza del Señor es de bien y de bien son las obras que Él hará en cada uno
de nosotros.
Dios
les bendiga abundantemente.
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