lunes, 1 de junio de 2020

Tiempo... Juan 5. 8 - 9



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día”. (Juan 5.8-9)


En ese episodio Jesús subió y fue hacia los que sufrían. Se acercó a un paralítico y le preguntó: “¿Quieres ser sano?” ¿Por qué esta pregunta? Jesús demostraba que no hacía de su gracia una obligación, sino una invitación y en último término una decisión de aquel que quisiera aceptarla.
En ese sentido, el hombre aceptó y reconoció: ”No tengo quién me ayude”
Reconocer con humildad y fe, la voluntad del Señor para nosotros y sabiendo que sólo Él constituye el camino para la salvación, es convertirse en su verdadero hijo, justo como aquel hombre, que en su minusvalía se reconoció sin rumbo.
Jesús dijo al enfermo: “Levántate, toma tu lecho, y anda”. Quizás, en lugar de ese hombre, muchos habríamos pensado: ¿Cómo me puedes pedir esto? Es precisamente lo que no puedo hacer. Pero el lisiado no razonó. Creyó la palabra de Jesús. Se levantó y caminó.
La gracia y amor de Dios, se encuentran siempre disponibles. Pero ¿Qué puede faltarnos? así como aquel hombre desahuciado, lo que debemos es creer de corazón. 
Así lo dicta Su Palabra: “Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en Él”.  (Isaías 30.18).
Dios les bendiga abundantemente.

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