UN MOMENTO CON DIOS
Valoremos el regalo de Dios
“Y tú, hijo mío, saca fuerzas de la bondad que Dios te ha mostrado por medio de
Cristo Jesús.” (2Timoteo 2. 1)
A todos nos gusta recibir regalos en todo tiempo y en cualquier momento. Uno, de esa manera, se siente amado y reconocido por sus amigos, familiares más queridos ¡especialmente si el regalo es el que estábamos deseando! No hay peor cosa que recibir un regalo que no nos guste.
Por cierto, en casos así, uno
debe valorar la intención de aquél que ha hecho el regalo, pero lo ideal es
recibir un lindo regalo en manos de bella gente.
Dios mismo nos ha dado un
precioso y costoso regalo para que lo valoremos y cuidemos toda la vida. Este
regalo supera a cualquiera en calidad y belleza: Es el regalo de la salvación
presente y eterna que recibimos cuando aceptamos a Jesús como nuestro Gran
Salvador. Lamentablemente, muchos han aceptado el regalo de la salvación y lo valoran
sólo por un tiempo para después dejarlo.
Es por eso que el consejo de
este versículo dice que debemos esforzarnos en la gracia. Esto a simple vista
pareciera una contradicción. La salvación es un regalo que viene a nuestras
vidas por gracia, no porque seamos dignos. ¿Por qué debemos entonces
esforzarnos?
La salvación es un regalo que
comienza en el momento de la conversión y prosigue hasta la eternidad. El
paquete de la salvación incluye también nuestra santificación aquí en la
tierra. Es allí donde debemos esforzarnos para poder vivir en santidad.
Si nos quedamos solamente
valorando que hemos ganado el cielo, aquí en la tierra viviremos como
miserables espirituales, porque la Gracia de Dios la recibimos en la tierra
para que nos esforcemos en cuidarla como el más grande tesoro que una persona
puede conseguir.
¡Si valoramos la Gracia de
Dios, entonces nos esforzaremos!
Dios les bendiga
abundantemente.
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