UN
MOMENTO CON DIOS
Seguir
el camino recto
“Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades; Que dejan los caminos derechos, Para andar por sendas tenebrosas; Que se alegran haciendo el mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio; Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos”. (Proverbios 2.12 – 15)
La
sabiduría es un faro que alumbra el camino seguro para que el joven no se
destruya contra las rocas de la costa.
El
joven que anda con el hombre perverso llega a ser un perverso, como el refrán
que dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres.”
El
hombre perverso no sólo hace el mal, mas goza del mal. Por lo tanto, abandona
una conducta, mostrando así un conocimiento del camino recto. Entonces, el
hombre perverso no tiene una excusa, no hay pero que valga. Ha sabido lo recto,
pero ha decidido “abandonarlo”.
El
hombre perverso promueve su conducta llena de antivalores. El joven ingenuo ve
bien su vida pero sus “celebraciones” son falsas y no ve su fin desastroso.
Su
vida afectará su propia familia así como la familia de él, sus hijos, sus
amigos y sus vecinos.
Es
mejor esperar vivir cada etapa de la vida. No hay que saltar alguna etapa ni
anticipar y destruir la maravilla de alguna de ellas.
Tres
son las decisiones sabias que todo creyente debe tomar a la luz del capítulo 2
de Proverbios. Elegir la sabiduría como compañera constante en la vida, liberarse
de las corrupciones y del camino malo.
La
sabiduría encamina a los rectos y los íntegros a una permanencia en el camino
recto, mientras los perversos, aquellos sin fe en Dios y sin una conducta
recta, tomarán caminos torcidos.
A
veces hay culturas que alaban al traicionero, llamándolo astuto o hábil. Sin
embargo, aquella persona que haya sufrido a mano del traicionero no estará de
acuerdo.
La
simulación, la mentira y el engaño no son actitudes aprobadas por DIOS.
Si
somos verdaderamente sabios tendremos cuidado para evitar a toda mala compañía
y las malas costumbres.
Cuando
la sabiduría nos domina, entonces no sólo llena la cabeza; entra en el corazón,
y preserva contra las corrupciones de adentro y de las tentaciones de
afuera.
Al
mirar a DIOS, podemos llenar nuestra mente de su sabiduría y nuestros corazones
con su amor. No permitamos que nos engañen, recordemos lo que DIOS dice acerca
de lo que somos y lo que deberíamos ser.
Pidamos
fortaleza para resistir estas tentaciones y no desviarnos del camino de DIOS.
Dios
les bendiga abundantemente.
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