UN MOMENTO
CON DIOS
El peligro de
no temer a Dios
El libro de
Proverbios dice que la sabiduría como una persona está en las calles, parques,
esquinas, y mercados gritando e invitando a que se acerquen a ella y se apropien
de ella por medio de entregar el corazón a Jesús.
No olvidemos
que Proverbios 1.7 dice que el inicio de la sabiduría es el temor de Dios.
En otras
palabras, una persona obtiene la sabiduría divina, la que bien de arriba, la
que da Dios, y que nos ayuda a vivir sabiamente cada día, en el momento de
creer en Jesús, pero se necesita obediencia y dependencia de Dios para que el
Espíritu nos ayude a ser sabios en toda nuestra manera de vivir.
Hay muchos
beneficios para aquellos que deciden por dejarse guiar por el Espíritu.
Se aprende a tomar mejores decisiones, a saber hablar, a saber escuchar, y a
saber actuar.
Sin embargo,
hay una nota de alerta por el peligro para todos los que rechazan la sabiduría
de Dios. Estos versículos advierten a los que rechazan o dejan el camino
de la sabiduría para andar por caminos torcidos, los que se alegran haciendo el
mal y en vivir controlados por los vicios (v.13 - 15). Es
increíble, pero los que tienen la sabiduría de Dios, son librados de ser infiel
a Dios y a la familia (v.16), de la mujer extraña o ajena porque cuando se
falla en esto, se encamina a la muerte (v.17 - 19).
Un hombre o
una mujer sin el temor de Dios es presa fácil de las mujeres y de los hombres
que no temen a Dios. Ese es el peligro que corre todo aquel o aquella que
aunque ya tenga a Cristo en su corazón y la sabiduría de Dios, pero si no
permite que el Espíritu lo controle, si no inicia el día en dependencia de
Dios, si no permanece todo el día controlado por el temor de Dios; corre
peligro por las mujeres o los hombres que no temen a Dios y que no temen
hacer las cosas malas, y no les importa hacerla con aquellos que son hijos de
Dios.
Los
versículos 20 al 22, dicen que muy diferente es el andar de quienes temen a
Dios. Ellos andan en los caminos buenos, en las veredas de los justos.
Quien anda en las cosas que agradan a Dios, evitaran andar en los caminos
malos y peligrosos.
La misma
sabiduría de Dios les hará cambiar de camino, evitar ciertas cosas, esperar el
tiempo adecuado, apartarse de ciertas personas, y hablar solo cuando es
necesario y con propósitos edificativos.
Para los que
temen a Dios hay una promesa que traspasa el presente, porque se les promete
que habitaran en una ciudad celestial, tienen la promesa de la vida eterna; más
para los impíos que rechazan a Jesús, nunca podrán estar con Cristo.
Cuando
aplicamos esta promesa a los rectos de corazón; podemos decir que se aplica a
la vida eterna con Cristo cuando vivamos con él, en el cielo, luego en la
tierra eternamente, en una tierra y un cielo transformado, en la ciudad
celestial que vendrá del cielo.
Es una
promesa para los temerosos de corazón, pero el castigo es claro para los que
rechazan a Jesús, no podrán estar allí.
Dios les
bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario