UN
MOMENTO CON DIOS
Libertades
que tenemos en Cristo. 1
El capítulo 8 del libro de Romanos comienza afirmando que no hay ninguna condenación para aquellos que están unidos a Cristo Jesús. Esta es una de las libertades que tenemos en Cristo: la libertad de la condenación. Esto es así porque no hay pecado en Jesús y sin pecado no puede haber condena. Cuando Dios nos mira, él ve a Jesús y su obra redentora en nosotros.
Esa
unión con Jesús trae como resultado una vida conforme al
Espíritu, libre de la ley del pecado y de la muerte. Por lo tanto, no hay
condenación para los que viven en Jesús y se encuentran sometidos bajo el
control del Espíritu Santo. Pero las bendiciones y victorias de las que
habla el capítulo dependen de esa unidad con Jesús.
El
concepto de libertad es muy valorado entre los seres humanos. Nos gusta hablar
de nuestro derecho a ser libres y a actuar como queremos. Sin embargo, solo con
Jesús podemos tener la verdadera libertad, esa que brota desde lo más profundo
de nuestro ser. Juan 8.36 dice: “Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes
verdaderamente libres”.
¿Qué
significa ser verdaderamente libres? ¿De qué nos libera Jesús? Veamos
algunas de las libertades que podemos disfrutar desde el momento en el que
aceptamos a Jesús como Señor y Salvador. ¡Aprendamos a vivir en su libertad!
En
Cristo somos libres
1.
De la condenación y la culpa
“Por
lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo
Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la
ley del pecado y de la muerte”. (Romanos 8. 1 - 2)
Jesús
llevó sobre él toda nuestra culpa, nuestro pecado y condenación al
morir en la cruz (Isaías 53). Es gracias a su muerte y su resurrección que
somos limpios de todo pecado. ¡Solo tenemos que aceptarlo! En él tenemos la
oportunidad de un nuevo comienzo aquí y la seguridad de la vida eterna.
Cuando
recibimos su regalo de salvación por fe le estamos diciendo que aceptamos su
sacrificio a nuestro favor y que sabemos que es suficiente. ¡No necesitamos hacer
nada más para ser salvos! Tampoco necesitamos vivir con la carga de la culpa
por los pecados pasados. En Cristo tenemos una nueva vida y pasamos a ser hijos
de Dios, redimidos por él y para él.
2.
Del dominio del pecado
“Él
nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo,
en quien tenemos redención, el perdón de pecados”. (Colosenses 1. 13 - 14)
La
oscuridad o el pecado no tienen más poder sobre nosotros gracias a Jesús y su
obra de redención en la cruz. En Cristo tenemos perdón total y la nueva vida en
él es una en la que su luz nos guía, no andamos más en tinieblas (Juan 8. 12).
Gracias
a ese cambio en nuestro ser podemos tomar las decisiones correctas. El Espíritu
Santo nos guía y nos muestra lo que agrada a Dios y nos ayuda a vivir en su
voluntad.
“Así
que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza
pecaminosa”. (Gálatas 5.16)
Dios
les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario