UN
MOMENTO CON DIOS
Fijando
la mirada en Cristo
“Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios”. (Hebreos 12. 2)
Nuestro
enfoque principal debe ser Jesús. Debemos fijar nuestra mirada en Cristo
porque él es nuestro ejemplo y nuestra meta. El corredor que se distrae mirando
a los demás no llega primero a la meta. Pierde su ritmo y se desvía del camino
porque está mirando adonde no debe.
Así
pasa con la vida del cristiano. Al mirar a Jesús dejamos de mirar las cosas
superfluas o las personas que nos distraen del propósito que el Señor tiene
para nosotros. Fijar nuestra mirada en él implica la decisión de seguir su
ejemplo demostrando con nuestras palabras y actitudes la importancia que le
damos a Él.
3
cosas muy importantes sobre Jesús
Hebreos
12.2 nos dice lo siguiente sobre Jesús:
Jesús
es el iniciador (el autor) y perfeccionador de nuestra fe. ¿Qué quiere decir
eso? Quiere decir que nuestra fe comienza y termina en él. Jesús es la base o
el fundamento de nuestra fe. En realidad, todo tiene su comienzo y su fin en
él. Jesús, al ser Dios encarnado, es el autor de la vida. Y él es el objeto de
nuestra fe pues es gracias a su obra en la cruz que recibimos la salvación y la
vida eterna.
Jesús
aguantó un sufrimiento indecible por amor a nosotros. Jesús soportó la muerte
en la cruz menospreciando la vergüenza que venía con ella. Era una muerte muy
dolorosa y humillante, la guardaban para los peores criminales. Jesús estuvo
dispuesto a sufrir todo ese dolor y a ser maltratado por amor a nosotros, por
el gozo de vernos redimidos. Su amor por ti y por mí fue mucho más grande e
importante para él que toda la vergüenza y el dolor que le hicieron pasar.
Jesús
está sentado a la diestra del trono de Dios. Esto quiere decir que Jesús,
aunque permitió que lo humillaran y maltrataran en la cruz por amor a nosotros,
ahora tiene toda la autoridad y el poder. Él resucitó, él vive y él vencerá.
Hebreos 10.10 - 3 lo explica así:
“Y
en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo
de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.
Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo repetidas veces los
mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero este sacerdote,
después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a
la derecha de Dios, en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de
sus pies”. (Hebreos 10. 10 - 13)
“Así,
pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de
los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo”. (Hebreos 12.3)
Los
hebreos cristianos a quienes iba dirigida esta carta estaban pasando por
persecución y dificultades. El autor los insta a pensar en Jesús y todo el
sufrimiento, la hostilidad y oposición que él soportó aun siendo Dios. Pero su
sufrimiento no fue eterno y el nuestro también terminará. Tendremos
dificultades en el camino, oposición y luchas, pero no debemos
desanimarnos. En Cristo recibimos fuerzas para enfrentar los retos que nos
presenta la vida. Él es nuestro ejemplo de perseverancia en fe.
El
camino puede parecer muy duro, pero mantén tus ojos en Jesús y en el futuro
precioso que disfrutarás con él por toda la eternidad.
Dios
les bendiga abundantemente.
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