TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Más a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento”. 2 Corintios 2. 14.
Cuánta
preocupación tenemos cada día por asearnos y usar desodorantes y perfumes para
tener un agradable olor en nuestro trabajo o donde vayamos. Las colonias,
perfumes y aromas están hechos precisamente para satisfacer esa necesidad
humana de la buena apariencia. Sin embargo, hoy necesitamos estar consciente de
que hay otro olor que no es físico y no se percibe con el olfato natural.
Es
el olor del conocimiento de Dios.
El
Apóstol Pablo, habla de este versículo. Pablo da gracias a Dios que siempre nos
lleva en triunfo en Cristo Jesús y por medio de nosotros manifiesta en todo
lugar el olor de su conocimiento.
El
olor indica el estado de las cosas. Un olor fresco nos demuestra que algo está
radiante y vivo, un olor nauseabundo nos indica que algo ha perdido vida o
frescura. El olor indica el estado de algo.
El
apóstol Pablo me dice hoy que el estado de triunfo espiritual sobre las
tentaciones, las angustias y las decepciones manifestará en nosotros el olor de
su conocimiento. El estado de derrota, soledad, amargura y decepción producirá
no un olor de conocimiento, sino un olor de muerte, porque algo dentro de
nosotros habrá muerto.
Aunque
nos esforcemos por dar un buen olor físico, no necesitamos esforzarnos ni para
dar buen olor o mal olor de adentro de nuestro corazón, porque eso no lo
podremos evitar, el olor saldrá. Pero la Escritura dice, debemos dar Gracias a
Dios, porque Siempre Dios nos lleva en triunfo y por medio de nosotros hará
manifiesto el olor de su conocimiento.
¿Cuánto
conocemos de Jesús? ¿Cuánto conocemos de su amor y bondad?
¿Cuánto
conocemos de su triunfo en la cruz que afecta profundamente nuestro diario
vivir?
¿Estamos
dando ya el olor de Su conocimiento?
El
mundo que hoy nos rodea, está cansado de los malos olores y quiere disfrutar
hoy del olor de Su conocimiento que se desprende de Su triunfo en la cruz y
aplicado hoy a nuestra vida.
Comencemos
el día dándonos cuenta del triunfo de Jesús en la cruz y cómo afecta eso en
nuestro diario vivir. Preocupémonos más que por despedir un buen olor a través
de aromas y no olvidemos de despedir el olor de Su conocimiento para muchos que
ya están perdiendo el olfato espiritual.
Dios les bendiga abundantemente.
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