TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Yo amo a los que me aman y los que me buscan me encuentran”. Proverbios 8.17.
Lo
que menos busca Dios de sus criaturas es mantenerlas a distancia. Tristemente
su pueblo escogido en la antigüedad, Israel, nunca comprendió este hecho. Fue
entonces que, cuando ellos escribían los libros sagrados y tenían que referirse
a su Dios, a Jehová, no se atrevían a ponerle un nombre. Por eso inventaron un
nombre hecho de consonantes que, antes de escribirlo, se detenían, lavaban sus
manos, cambiaban de pluma y luego seguían escribiendo. ¡Ni siquiera se atrevían
a pronunciarlo con sus labios!
Era
un respeto exagerado, un distanciamiento de Dios que Él nunca demandó. Dios
tuvo que hacerse hombre y venir a su pueblo y venir a nosotros para decirnos
que Él, desde siempre, quiso estar cerca. Y lo hizo en la persona de Cristo.
Por
tal motivo, cuando Jesús se refería a Dios como “mi Padre”, para los judíos era
una blasfemia. Nunca nadie se había atrevido a referirse así.
Hoy
también queremos cometer el mismo error que ellos concibiendo un Dios lejano,
envuelto en su santidad inaccesible, místico y enigmático. Cuando en realidad
lo que Él quiere es caminar a nuestro lado, ser nuestro amigo, nuestro
consejero y acortar distancias. Lo triste es que nosotros lo alejemos con
rituales, con legalismo o con nuestro pecado e indiferencia.
Si
lo buscamos a cada paso, lo encontraremos. Podemos hablarle a cada minuto, y
nos escuchará. Escuchémoslo cada noche y Él nos hablará. La medida o la
magnitud de nuestro ser espiritual está dada por la cercanía al Espíritu de
Dios.
Se
exige temor, sí, pero esa clase de temor reverente y no de terror paralizante.
La distancia más grande, desde el cielo a la tierra, ya la cubrió Él. Queda la
otra, la pequeña. La que va desde nuestra corta vida terrenal hasta Su amor, y
ese es el tramo que nos corresponde a nosotros.
No
nos perdamos la enorme bendición de Su presencia. Todo nuestro ser será
renovado en una experiencia nueva de la cual ya no querremos retroceder.
Dios les bendiga abundantemente.
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