viernes, 21 de agosto de 2020

Tiempo... Juan 15. 8 - 9

 

TIEMPO DE REFLEXIÓN

 

“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor”.

(Juan 15. 8 - 9)

 

Debemos estar continuamente agradecidos de que el amor de Dios sea estable; porque puede sostenernos cuando este sentimiento aquí en la tierra desaparece. De hecho, es tan confiable que Jesús nos invita a permanecer en Su amor (Juan 15.9). Quiere que sepamos que está bien que nos arraiguemos en él y nos relajemos.

Podemos permanecer tiernamente abrasados por Dios siempre porque «ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir» (Romanos 8.38), ni ninguna otra cosa podrá separarnos nunca de Su amor que es por medio de Cristo. Una vez que confiamos en Jesús como Salvador, tenemos garantizado el amor de Dios perpetuamente.

¿El amor ha desaparecido de nuestra vida? Descansa en el afecto del Señor; Su cuidado constante mantendrá tu corazón firmemente seguro.

Seamos agradecidos con Dios, no solo por las bendiciones que Él ha traído a nuestra vida, sino pos Su amor que es el que las ha hecho posibles. Ese amor que es abundante, indispensable y suficiente, para en cualquier situación, mantenernos unidos a Él.

Dios les bendiga abundantemente.

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