CADA DÍA CON DIOS
Un tesoro escondido
En el capítulo 22 de 2 Reyes podemos ver nuevamente a alguien que sí sabía lo que quería, aunque le faltaban algunas cosas que más tarde las encontraría.
Estamos
hablando del rey Josias, quien hacia lo recto delante de Dios. 2 Reyes 22. 2 “E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y
anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a
izquierda.”
A
los diez años comienza hacer una obra de restauración en la casa de Dios, sabía
que si era la casa de Dios debía estar en las mejores condiciones, 2 Reyes 22.
3 - 6 “A los dieciocho años del rey Josías, envió el rey a Safán hijo de
Azalía, hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehová, diciendo:
Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que han traído a la
casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta,
y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el
arreglo de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la
casa de Jehová, para reparar las grietas de la casa; a los carpinteros,
maestros y albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la
casa”
Cuando
estaban moviendo cosas para poder realizar mejor su trabajo algo asombroso
sucedió, encontraron un gran tesoro que cambiaría su vida y la vida del pueblo
de manera total. Que gran ayuda es para alguien que se encuentre pasando
necesidades económicas encontrarse un tesoro, le arregla la vida, 2 Reyes 22. 8
“Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro
de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó” Cuanta
falta le hace hoy al pueblo de Dios volver a tener un encuentro maravilloso con
la palabra, es necesario que removamos escombros que han tapado la ley de Dios,
era en el templo donde encontraron oculto ese maravilloso libro, no dejemos que
el facilismo, los problemas, y las falsas doctrinas de hombres nos oculten
semejante tesoro.
Josias
era un buen hombre y se esforzaba por hacer lo que según él era
lo recto delante de Dios, pero no conocía de la palabra, tanto
que el hallazgo resulto ser un descubrimiento dramático. 2 Reyes 22. 11 “Y
cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos” Que
estaba sucediendo que el rasgo sus vestidos.
La
verdad salía a flote, y no era lo que él esperaba, muchas veces hacemos cosas
de buena conciencia, no lo hacemos de maldad pero puede ser algo no licito
delante de Dios. 2 Reyes 22. 13 “Id y preguntad a Jehová por mí, y por el
pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha
hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros,
por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer
conforme a todo lo que nos fue escrito”
El
amor a la Palabra trae respuesta de parte de Dios. 2 Reyes 22. 18 - 19 “Mas al
rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así
ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del
libro,
y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo
que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a
ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia,
también yo te he oído, dice Jehová”
La
Palabra de Dios es capaz de hacer grandes reformas en nuestra vida personal, el
rey Josias llevaba 10 años haciendo lo que según él, era lo recto, pero a partir
de ese momento, ya no quiso fábulas, ni cuentos para su pueblo, así que los
reunió desde el más chico hasta el más grande para escuchar palabra de Dios. 2
Reyes 23. 1 - 2 “Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos
de Judá y de Jerusalén. Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los
varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y
profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó,
oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado
en la casa de Jehová”
Cuando
leyó la Palabra, fue como si un velo se le quitara de los ojos, se dio cuenta
que el templo de Dios estaba lleno de cosas desagradables para Él, hasta los
sacerdotes resultaron ser idólatras.
La
Palabra de Dios nos convierte de corazón, y nos enamora cada vez más de Él.
No
importa si muchas personas consideran que la Palabra de Dios es obsoleta, o
pasada de tiempo, la Biblia seguirá siendo el faro que corrige, y
orienta al pueblo de Dios. 2 Timoteo 3. 16 “Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.”
Dios
les bendiga abundantemente.
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