Cada día... La solución no es huir

 

CADA DÍA CON DIOS

La Solución no es Huir.

 

Todos tenemos problemas y esto es inevitable la Palabra de Dios dice que mientras estemos en este mundo siempre tendremos dificultades pero que al igual que Jesús pudo salir victorioso siendo hombre nosotros también podemos triunfar. Juan 16. 33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

Cualesquiera que sean las circunstancias que estemos pasando o por muy grandes que parezcan los problemas, el huir nunca será la solución.

Muchos creemos que el huir es una forma de sentirnos a salvo.

Porque optamos por huir.

1. El no encontrar una salida. 2 Reyes 25. 2 “Y estuvo la ciudad sitiada hasta el año undécimo del rey Sedequías.” Jesucristo nos muestra una salida a nuestros problemas pero no para huir como lo hizo este Rey.

2. El no soportar las diferentes necesidades. 2 Reyes 25. 3 “A los nueve días del cuarto mes prevaleció el hambre en la ciudad, hasta que no hubo pan para el pueblo de la tierra.” Las personas que triunfan son aquellas que miran las necesidades como oportunidades para esforzarse y crecer; las personas que fracasan son aquellas que miran en las necesidades impedimentos para avanzar.

3. No contemplar los riesgos. 2 Reyes 25. 4 “Abierta ya una brecha en el muro de la ciudad, huyeron de noche todos los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a los huertos del rey, estando los caldeos alrededor de la ciudad; y el rey se fue por el camino del Arabá.” Las consecuencias del huir siempre serán la derrota. Si tomamos la decisión de luchar tenemos dos posibilidades una es que seamos derrotados y otra y muy importante es que salgamos victoriosos. Si tomamos la decisión de huir solo nos queda una posibilidad….La derrota. 2 Reyes 25. 6 - 7 “Preso, pues, el rey, le trajeron al rey de Babilonia en Ribla, y pronunciaron contra él sentencia. Degollaron a los hijos de Sedequías en presencia suya, y a Sedequías le sacaron los ojos, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia.”

4. No querer esforzarnos. Dios nos respalda y nos ayuda pero es necesario que nos esforcemos para lograr lo que necesitamos. Josué 1. 6 a “Esfuérzate” Josué tenía todo el respaldo de Dios pero era necesario que se esforzara para cumplir con la misión.

5. No ser valientes. Josué 1. 6 b “y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.” Ser valiente no es no tener miedo, ser valiente es aprender a dominar nuestros  miedos.

6. No tener una meta que alcanzar. 1 Corintios 9. 26 “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,” Las personas que no saben lo que quieren por lo general creen que la solución es huir.

Que nos ayuda a no huir.

1. Creer que no somos los únicos que sufrimos. 1 Pedro 5. 9 “al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” Las personas que creen que son los únicos que sufren por lo general siempre terminan haciéndose las víctimas.

2. Creer que con Jesucristo todo lo podemos conseguir. Filipenses 4. 13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Jesucristo no nos quita los problemas, Jesucristo nos da fuerzas para que podamos luchar.

3. Estar seguros que no importa cuál sea la dificultad que estemos pasando Dios siempre estará con nosotros. Isaías 43. 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” Dios como buen padre que es tampoco nos quita los problemas él hace un proceso de acompañamiento y nos prepara para que podamos  salir victoriosos.

Todos los seres humanos seamos cristianos o no lo seamos siempre tendremos problemas, no importa cuán grande sea el problema la solución nunca será huir. El problema tarde o temprano nos alcanzara, la única solución es depender de Jesucristo y enfrentar la dificultad.

Dios les bendiga abundantemente.