CADA DÍA CON DIOS
El tiempo de Dios es Perfecto
Muchas veces nos acostumbramos a vivir de la forma como estamos, y vivimos aparentemente contentos, y no queremos avanzar por temor a equivocarnos. En algunas ocasiones Dios tiene que desacomodarnos para que podamos mejorar nuestra calidad de vida, la necesidad hace muchas veces que nos superemos.
La
mujer de este relato de 2 Reyes 8. 1 – 6, era alguien quien conocía muy bien la
mano poderosa de Dios, por su atención al profeta de Dios, él le concedió un hijo
quien después murió, pero Dios a través del profeta le devolvió la vida, ella
confiaba tanto en Dios que aun cuando su hijo estaba muerto, y el siervo del
profeta le pregunto que como estaba su hijo ella respondió, muy bien. (2 Reyes
4. 26)
El
tiempo perfecto no es lo que nosotros creemos, sino el de Dios, muchas veces el
mejor tiempo para nosotros es el que consideramos el peor. Dios tiene un
propósito con cada cosa que nos sucede.
La
tierra estaba a punto de pasar un tiempo de dificultad, mucha hambre y era
necesario que esta mujer dejara todo lo que tenía. 2 Reyes 8. 1 “Habló Eliseo a
aquella mujer a cuyo hijo él había hecho vivir, diciendo: Levántate, vete tú y
toda tu casa a vivir donde puedas; porque Jehová ha llamado el hambre, la cual
vendrá sobre la tierra por siete años” Aunque ella tenía el favor de Dios
no podía ser ajena a lo que a la tierra le estaba pasando, nosotros somos hijos
de Dios, tenemos su favor, pero con todo no somos ajenos a lo que le acontece
al mundo, pues tratamos a diario con personas del mundo, inclusive son más las
personas del mundo con las que tratamos en el día que con personas cristianas.
Dios
permite los momentos de dificultad porque a través de ellos podemos demostrar
nuestra obediencia. 2 Reyes 8. 2 “Entonces la mujer se levantó, e hizo como el
varón de Dios le dijo; y se fue ella con su familia, y vivió en tierra de los
filisteos siete años” Era muy difícil tener que dejar todo lo que había
hecho en su vida, y más aún tener que ir a un lugar desconocido, nosotros que
tenemos la experiencia de convivir con un volcán activo, podemos darnos cuenta
cada vez que hace erupción, y se da orden de evacuar nadie quiere dejar sus
propiedades ,así esté en riesgo su propia vida.
Siete
años fue el tiempo de escases, el tiempo que Dios necesita para enseñarnos a
depender de Él, este tiempo no es igual a nuestro calendario, el tiempo se
alarga o se acorta, dependiendo de cuanto nosotros nos demoramos en rendirnos a
Dios.
Dios
no le evito a José el de los sueños los siete años de escases, él los tuvo que
vivir, lo único importante es que con Dios los pudo superar de la mejor manera,
aprendió a vivir en la abundancia y en la escases; aprender a vivir en la
escases no es resignarse a ella, es saber que con Dios siempre hay una
esperanza de salir de esa situación.
Cuando
es en el tiempo del Señor, todo sale bien, Noemí también salió en tiempo de
hambre, pero ella regreso peor de lo que se fue.
El
tiempo de prueba sirve para demostrar nuestra fidelidad, después de la prueba
regresamos a Dios, o nos alejamos. En el mundo hay un dicho que dice. “si en
verdad lo amas, déjalo ir, si vuelve es tuyo de lo contrario nunca lo fue”
Las
dificultades muchas veces se convierten en las marcas de Dios, son la evidencia
de que somos sus hijos, y de que Él nos protege. 2 Reyes 8. 5 “Y mientras él
estaba contando al rey cómo había hecho vivir a un muerto, he aquí que la
mujer, a cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey por su casa
y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este
es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir” Esta mujer era reconocida no por lo
que ella era sino por lo que Dios había hecho en ella.
El
testimonio de lo que Dios ha hecho en nuestra vida, nos da gracia delante de
los demás, en los problemas es como la gente se percata de cuánto nos ama
nuestro Padre celestial. Muchas personas se dan cuenta de ello, los únicos
que a veces no lo vemos somos nosotros.
Dios
nos desacomoda para darnos cosas mejores depende de nosotros como miramos
nuestra situación, para todo hay tiempo dice la palabra de Dios, cuando
nosotros forzamos la situación para hacerlo en nuestro tiempo las cosas no
salen como lo esperamos. El tiempo perfecto es el tiempo de Dios.
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