UN MOMENTO CON DIOS
No caigamos en las trampas del
enemigo
“El que odia disimula con sus labios; Mas en su interior maquina engañosa”. (Proverbios 26. 24)
El enemigo sabe exactamente
qué hacer para que caigamos. Su objetivo es alejarnos del Padre tentándonos con
sus provocativas promesas de placer sin castigo. Esta es la razón por la que
innumerables personas se han convertido en prisioneros espirituales a través de
las filosofías esclavizantes del sistema mundial. El enemigo engañosamente crea
atractivas escuelas de pensamiento que prometen libertad, pero en realidad solo
traen esclavitud y servidumbre frustrantes. Algunas de las formas mundanas de
pensar incluyen:
Materialismo: que promete una
vida plena a través de la acumulación de riquezas y posesiones.
Humanismo: que enseña que el
hombre es el centro del universo y que el Señor es irrelevante. De hecho, el
humanismo afirma que, en esencia, el hombre es el dios de su propio mundo, el
árbitro de su propia verdad y capaz de hacer cualquier cosa que desee.
El hedonismo: es la búsqueda
del placer personal y la felicidad a través del alcohol, las drogas, el sexo,
la recreación o lo que sea. Su lema es: «Si te hace sentir bien, hazlo».
Independientemente de la
creencia de la que caiga presa un individuo, el resultado es el mismo:
esclavitud y destrucción espiritual porque cada uno carece de creencia de la
capacidad de impartir vida y plenitud espiritual genuinas. Por ello recordemos,
no tenemos que ser uno de los heridos que caminan. Derrotemos al enemigo
declarando nuestra confianza en nuestro amoroso Padre celestial. Rechacemos las
mentiras del enemigo sin importar que tan buenas suenen y abracemos la verdad
que Dios nos enseña en y a través de Su Palabra. Comprometámonos con el Señor
de todo corazón y dejemos que Él nos muestre cómo caminar verdaderamente en
libertad (Juan 8. 32)
Dios les bendiga
abundantemente.
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