UN MOMENTO CON DIOS
Esperar en Dios
“Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová”. (Salmos 27. 14)
No es fácil esperar. Estamos
acostumbrados a obtener las cosas rápidamente. Internet ha hecho posible
obtener casi cualquier información que queramos de forma inmediata. Cuando se
trata de pedir cosas por Internet, nos encontramos impacientes si no llega a mi
casa en el plazo de un día.
En el capítulo 25 de Génesis,
conocemos a Jacob, el hijo de Isaac, un hombre que aprendería mucho sobre la
espera en el Señor. Antes de que naciera, Rebeca, la madre de Jacob, notó que
algo extraño ocurría en su vientre. Angustiada por ello, consultó al Señor, que
le concedió un oráculo profético: “Dos naciones hay en tu vientre… un pueblo
será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor” (v. 23). Contra todo
pronóstico, Dios le dijo a Rebeca que el más joven sería el jefe de la familia
y recibiría la promesa abrahámica.
Aunque Jacob y Esaú eran
hermanos, no tenían mucho en común. A Esaú le gustaban las actividades al aire
libre, la caza y un estilo de vida activo, mientras que Jacob era más hogareño
(v. 27). Esaú era el favorito de su padre, mientras que Rebeca prefería a Jacob
(v. 28).
El pasaje termina con un breve
relato que caracteriza a ambos hermanos. A Esaú se le retrata como irreflexivo
y movido por el apetito. Llegó de cazar hambriento y suplicó a su hermano un
poco de estofado (v. 30). Para conseguirlo, estaba dispuesto a vender su
primogenitura (vv. 32 - 33), uno de los derechos más importantes y valiosos que
poseía. ¡Y lo cambió por una comida! Jacob, en cambio, es retratado como
alguien de sangre fría y calculador. En lugar de compadecerse de su hermano,
aprovechó la oportunidad de salir adelante (vv. 31 - 33). En lugar de esperar
el momento oportuno del Señor, se aferró a su posición mediante sus propios
esfuerzos.
¿Hay algún aspecto de nuestra
vida en el que se nos exija esperar?
¿Y no lo hemos hecho? ¿Por el
contrario, hemos tomado nuestras propias decisiones y no nos ha ido bien?
Aprendamos ha esperar los
tiempos de Dios, sin lugar a dudas es lo mejor, Él sabe de antemano el camino y
Sus planes son maravillosos para cada uno de sus hijos.
Dios les bendiga
abundantemente.
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