lunes, 10 de febrero de 2025

Un momento... Esperar en Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

Esperar en Dios

 

“Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová”. (Salmos 27. 14)

 

No es fácil esperar. Estamos acostumbrados a obtener las cosas rápidamente. Internet ha hecho posible obtener casi cualquier información que queramos de forma inmediata. Cuando se trata de pedir cosas por Internet, nos encontramos impacientes si no llega a mi casa en el plazo de un día.

En el capítulo 25 de Génesis, conocemos a Jacob, el hijo de Isaac, un hombre que aprendería mucho sobre la espera en el Señor. Antes de que naciera, Rebeca, la madre de Jacob, notó que algo extraño ocurría en su vientre. Angustiada por ello, consultó al Señor, que le concedió un oráculo profético: “Dos naciones hay en tu vientre… un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor” (v. 23). Contra todo pronóstico, Dios le dijo a Rebeca que el más joven sería el jefe de la familia y recibiría la promesa abrahámica.

Aunque Jacob y Esaú eran hermanos, no tenían mucho en común. A Esaú le gustaban las actividades al aire libre, la caza y un estilo de vida activo, mientras que Jacob era más hogareño (v. 27). Esaú era el favorito de su padre, mientras que Rebeca prefería a Jacob (v. 28).

El pasaje termina con un breve relato que caracteriza a ambos hermanos. A Esaú se le retrata como irreflexivo y movido por el apetito. Llegó de cazar hambriento y suplicó a su hermano un poco de estofado (v. 30). Para conseguirlo, estaba dispuesto a vender su primogenitura (vv. 32 - 33), uno de los derechos más importantes y valiosos que poseía. ¡Y lo cambió por una comida! Jacob, en cambio, es retratado como alguien de sangre fría y calculador. En lugar de compadecerse de su hermano, aprovechó la oportunidad de salir adelante (vv. 31 - 33). En lugar de esperar el momento oportuno del Señor, se aferró a su posición mediante sus propios esfuerzos.

¿Hay algún aspecto de nuestra vida en el que se nos exija esperar?

¿Y no lo hemos hecho? ¿Por el contrario, hemos tomado nuestras propias decisiones y no nos ha ido bien?

Aprendamos ha esperar los tiempos de Dios, sin lugar a dudas es lo mejor, Él sabe de antemano el camino y Sus planes son maravillosos para cada uno de sus hijos.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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