LECTURA
DIARIA:
Éxodo capítulo
6
Moisés y
Aarón no estaban preparados para la respuesta inmediata de parte de Faraón, un
endurecimiento de la condición del pueblo y un aumento en sus cargas crueles.
Ante esto, Moisés
le reclama a Dios, y la respuesta de Dios en este capítulo 6 es muy contundente.
En el v. 4
dice en efecto, “He prometido y voy a cumplir mi promesa”. En el v. 5 sus
palabras son: “Yo he oído el gemido de los hijos de Israel ... y me he acordado
de mi pacto”.
La repetición
de estas palabras vienen como recordatorio de su amor y su pacto por su pueblo.
Cada promesa comienza con la afirmación de que Él hará algo. Las tres en el v.
6 tienen que ver con su esclavitud en Egipto, y revelan que ya era cosa del
pasado. “Os sacaré, os libraré, os redimiré”. Este tercer punto deja entrever
que su liberación iba a costar algo.
Todas hablan
de un futuro de victoria y libertad para el pueblo, a pesar de que eran un
pueblo quejoso y presto a dudar, pero Dios se identifica con ellos y se digna
decir que son suyos.
Dios sería su
Dios y ellos serían su pueblo, y se comprometió a llevarlos, Él mismo.
Si hay una
certeza que atraviesa toda la
Biblia , ésta es el hecho de que Dios es un Dios vivo, presente
y activo. Se le conoce y se le reconoce en las obras maravillosas que realiza.
Lo mismo que a una persona humana la conocemos en su obrar, así también a Dios
le conocemos por el calibre de sus acciones. Este es el verdadero
«conocimiento» de Dios, no el teórico y frío que proporciona un libro, sino el
conocimiento vital y experimental de Dios en su actuar en nosotros y en el
mundo.
Sin embargo,
después de esta reiteración de la llamada de Moisés, la situación permanece
igual, los israelitas no le escuchan, con mayor motivo tampoco Faraón le hará
caso, y el propio Moisés vuelve a experimenta el desaliento.
La genealogía
presenta a un Moisés profundamente radicado en la historia de su pueblo y
formando plenamente parte de ella.
Un Moisés que
forma parte de una familia que habiendo sido maldecida a causa de un crimen de
antepasados (Génesis 34.25-29; 49.5-7) ha sido, sin embargo, llamada por
elección divina a ser la tribu «santa» por excelencia, el bien particular de
Dios, para la función más santa en la comunidad de la alianza (Éxodo 32.26-29;
Deuteronomio 33.8-11; Números 3.6-13; 8.14-19).
Un Moisés que
ha sido elegido como instrumento de la salvación de Dios a pesar de sus
vacilaciones.
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