UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
DIOS PUEDE
HACERTE OLVIDAR TUS ANGUSTIAS
“José llamó a su hijo mayor Manasés…José llamó a su segundo hijo Efraín»” Génesis 41.51, 52
Muchas de las personas que se acercan a las
iglesias buscando a DIOS lo hacen en temporadas en que el dolor o la desesperación
los hace buscar un milagro, una ayuda divina ante situaciones que parece
que no tienen solución. De alguna manera asociamos la vida cristiana con una
vida en que el dolor y el sufrimiento terminarán o al menos disminuirán en
comparación con lo que experimentábamos cuando estábamos lejos de DIOS.
Sin embargo, no siempre es así. Solemos pensar que las etapas difíciles que nos
toca enfrentar son castigo por algo malo que hemos hecho en el pasado o consecuencia
de no buscar más a DIOS, como si DIOS estuviera en el Cielo buscando a quien
castigar por no acercarse a Él.
Vivimos en un
mundo mayormente dirigido por las tinieblas y la maldad del enemigo, estamos
aquí para hacer frente a esa maldad, resistir sus ataques y levantar el nombre
de DIOS en alto hasta el día en que Él venga por nosotros y nos lleve al Cielo,
y será solamente hasta que lleguemos ahí que verdaderamente viviremos
eternamente sin dolor, angustias, enfermedad ni ningún tipo de problemas.
Mientras estemos aquí Jesús lo mencionó en Juan 16.33: “Aquí en el mundo
tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al
mundo.” DIOS muchas veces permitirá etapas de prueba en nuestra vida para
atraer nuestra atención a áreas de nuestro corazón que necesitan ser sanadas,
restauradas o moldeadas antes de que hagan de nuestro corazón un músculo frío e
incrédulo que se aparte de Él por completo.
Pero no hay
dolor por más grande y profundo que nos parezca que DIOS no pueda hacernos
olvidar.
Finalmente
había llegado a la vida de José una etapa de prosperidad y estabilidad, después
de muchos años de incertidumbre, dolor, injusticias y frustración. Pasó de ser
un preso a ser el gobernador de la nación, vivía con todas las comodidades y
tenía a su esposa a su lado. Cuando DIOS le concedió a su primer hijo había una
declaración guardada en su corazón que quería dejar impresa para siempre a
través del nombre que le dio a su primer hijo Manasés: “Dios me hizo olvidar”.
DIOS lo hizo olvidar el secuestro, el odio de sus hermanos, su vida de esclavo,
sus años en la cárcel y tantos años de espera por un milagro. ¿Es que borró
todo esto de su mente por completo? Por supuesto que no, pero estas memorias ya
no tenían control sobre Él, eran heridas cicatrizadas que ya no causaban dolor
ni ponían en riesgo su salud emocional ni espiritual. No hay herida, trauma ni
vergüenza que nuestro Señor no pueda hacernos olvidar. Las bendiciones de DIOS
son tan perfectas que a su paso van restaurando en nosotros lo que dábamos por
muerto o perdido. Él no nos ha olvidado, al contrario cuando veamos su obra
consumada en nuestra vida miraremos con asombro hacia atrás y diremos: El DIOS
que creí que me había olvidado me ha hecho olvidar mi vergüenza y mi dolor.
Dios me dio
vida en mi aflicción
“José llamó a su segundo hijo Efraín, porque dijo: «Dios me hizo fructífero en esta tierra de mi aflicción».” Egipto, la tierra que representaba aflicción y dolor para José se había convertido en la tierra donde su vida había brotado con una nueva fuerza y abundancia que nunca se imaginó. Ese lugar donde entró como esclavo, donde fue acusado de intento de violación y donde pasó años en la cárcel era ahora la tierra que representaba para Él el poder, la fidelidad, la prosperidad y la vida de DIOS.
“José llamó a su segundo hijo Efraín, porque dijo: «Dios me hizo fructífero en esta tierra de mi aflicción».” Egipto, la tierra que representaba aflicción y dolor para José se había convertido en la tierra donde su vida había brotado con una nueva fuerza y abundancia que nunca se imaginó. Ese lugar donde entró como esclavo, donde fue acusado de intento de violación y donde pasó años en la cárcel era ahora la tierra que representaba para Él el poder, la fidelidad, la prosperidad y la vida de DIOS.
¡DIOS
transformó por completo la percepción de José de todo lo que le rodeaba!
Él puede
abrir caminos en nuestro desierto, hacer brotar agua limpia y cristalina donde
creemos que todo se ha secado. Es en medio de nuestras aflicciones donde más
necesitamos buscar a DIOS y agarrarnos fuertemente de su mano, es ahí donde más
debemos ignorar las voces de acusación y mentira que el enemigo quiere sembrar
en nuestra mente y sustituirlas por la verdad de la Palabra de DIOS: Él nunca
nos dejará ni nos desamparará, DIOS volverá a darnos vida, este dolor es
pasajero, las aflicciones del día de hoy no se comparan con la restauración que
Él traerá, DIOS hará algo nuevo, el Señor puede darle vida a todo, Él lo
arreglará, Él nos levantará una vez más.
¡No te
rindas! Da un paso de fe más, DIOS está más cerca de ti de lo que crees.
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